Las juventudes víctimas de desplazamiento forzado interno están en una situación de invisibilización y muchas veces se ven obligados a renunciar a una de las etapas más importante del desarrollo de una persona: la adolescencia y juventud, para apoyar económicamente a sus familias. Así lo confirma una investigación realizada por Cristosal y Educo con jóvenes y adolescentes desplazados, entre 12 y 18 años, de los municipios de San Francisco Gotera, San Miguel, Zacatecoluca, San Vicente, Cuscatancingo, Usuluán, La Libertad y con actores de las instancias locales de la misma área geográfica.