La pandemia de COVID-19 ha sido un fenómeno sin precedentes que obligó a los países a tomar medidas de diversa índole, para prfggbjjevenir los contagios, evitar muertes masivas y asegurar el bienestar de su población; algunas de las medidas implementadas han supuesto el empleo de las facultades extraordinarias que las normativas constitucionales de cada país establecen como salvaguardas, en situaciones de grave connotación en la cual esté en riesgo o amenaza latente la vida de las personas que conforman la nación. Sin embargo, la adopción de medidas de esta índole ha estado aparejada en diversos países a situaciones de violaciones a derechos humanos, en contravención a los estándares internacionales que rigen el uso de los denominados poderes de emergencia.